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Según la UBA, siete de cada diez personas sufren malestares psicológicos por el aislamiento

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El estudio explica que siete de cada diez personas experimentaron algún malestar psicológico -como ansiedad, desánimo o insomnio- desde el inicio del aislamiento, pero solo entre un 5 y un 8% recurre a un profesional, mientras “resulta preocupante” el uso del alcohol o de alguna medicación para atenuar esos síntomas, según un relevamiento de la facultad de Psicología de la UBA conocido ayer.

El relevamiento se compone de dos muestras censales tomadas a 2.631 personas entre el 27 y el 31 de marzo pasado, a 7 días del inicio del aislamiento, y a 2.068 personas entre el 8 y el 12 de mayo. El fin del estudio consistió en comparar el estado psicológico de la población entre ambas fechas.

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Dentro de los que recurren a la medicación para atenuar sus malestar psicológico, se observó “un incremento asociado a la duración del aislamiento, en el primer grupo censal era de 54,38% y en el segundo del 72,30”.

La encuesta concluyó que en promedio entre ambos grupos, el 75% de los participantes presentaban alteraciones, lo cual “es uno de los síntomas más frecuentes tanto en los trastornos de ansiedad como en la depresión, mientras que la disminución de la actividad física y la menor exposición a la luz solar en las grandes urbes alteran los ciclos del sueño”

En el primer grupo, el dormir mas horas de lo habitual ” es la alteración más frecuente”, mientras que en el segundo grupo el insomnio es el más habitual.

“Dormir más de lo habitual es considerado un síntoma depresivo atípico que suele acompañarse de falta de interés por el mundo externo y baja autoestima. La huida al mundo del sueño parece ser un recurso frente a la frustración de la vida en cuarentena”, precisó el estudio en sus conclusiones.

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Por otra parte, el insomnio “es la típica alteración del sueño en los trastornos depresivos y también puede estar asociado a preocupaciones acerca del curso de los eventos, la repercusión financiera, el desorden en los horarios, la dieta, siestas e innumerables factores alterados por este cambio en los hábitos y rutinas de las personas”.

En tanto, más de la mitad de la población relevada “no realiza ninguna de las actividades que se consideran saludables: actividad física, meditación, práctica religiosa o yoga.” y sí se observa una tendencia a la disminución entre el segundo grupo censal con el primero.

Los profesionales encargados del relevamiento concluyeron frente a este dato que ” las conductas saludables permiten tolerar la cuarentena, amortiguando su impacto en el malestar psicológico”.

CON INFORMACIÓN DE TÉLAM

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