El proyecto de una firma santafesina del agro para mejorar las canchas de fútbol
Por: Maximiliano Luján – El campo y el fútbol, son dos pasiones que atraviesan a los argentinos. Sin embargo, a la hora de encontrar puntos en común, probablemente haya que ser muy rebuscado. Pero la empresa “Agroestudio Rafaela” lo hizo posible y desde una mirada agronómica innovadora que busca contribuir al espectáculo. Con buen tino, los ingenieros agrónomos Hernán Villada y Francisco Imfeld desarrollaron un proyecto para generar información útil y certera, pensando en el reacondicionamiento y mantenimiento de las canchas.
La iniciativa contempla varios ejes e incluso abarca una necesidad laboral, teniendo en cuenta que hay muchos profesionales especializados que podrían contar con una salida en tiempos donde el trabajo constituye un factor fundamental. “No todo es agricultura y ganadería, por eso esto está pensando como un desafío muy importante y decidimos ponernos la camiseta para lograr la calidad que requieren las canchas profesionales”, destacaron a Ecos365 los responsables del proyecto.
Para comenzar a implementar esta idea, la firma con sede en Rafaela (Santa Fe) realizó una alianza estratégica con Atlético de Rafaela, club que se encuentra en máxima categoría del ascenso argentino (Primera Nacional) cuyo debut será esta noche ante Tristán Suárez y tendrá al césped como protagonista. Los profesionales se pusieron “manos a la obra” a partir de un encuentro formal con Martín Pairetti, representante de la dirigencia que también cuenta con una mirada “campera” teniendo en cuenta que históricamente su negocio familiar estuvo centrado en la ganadería.
El proyecto en cuestión tiene varias etapas y tiene un plazo de dos años de ejecución, período razonablemente suficiente para avanzar en el vínculo agronómico y tecnológico entre la empresa y la institución. No obstante, debe destacarse que, a cuatro meses de haberse iniciado, los resultados son sorprendentes tan solo a simple vista.
Manos a la obra
En una primer recorrida de las instalaciones junto al personal que tiene a su cargo el campo de juego, se plantearon las principales problemáticas existentes (una de ellas fue, sin dudas, la degradación física del suelo) y, sobre todo, los objetivos pensados para el corto y largo plazo. Aquí aparece un primer aliciente que contribuye al éxito del proyecto porque no se trata sólo de conocimiento, sino que el recurso humano y el trabajo en equipo son clave para alcanzar los resultados propuestos.
Debe señalarse que durante la primera recorrida se observó una carpeta “deficiente” de césped y un suelo degradado físicamente, por la falta de manejo y la gran compactación que presentaba la cancha. De todas maneras, los expertos aclaran que es una problemática común en todos los campos de juego.
La siguiente acción tomada fue verificar el sistema de riego. Teniendo en cuenta que no era homogéneo en todo el campo de juego, se optó por llevar a cabo modificaciones. “Al calar el suelo, las muestras en los sectores más deteriorados, el perfil se notaba con menor disponibilidad hídrica”, señaló Villada.
El sistema cuenta con cuatro líneas de riego las cuales abarcan todo el campo de juego. Al observar su funcionamiento, se pudo comprobar que había líneas las cuales estaban superponiéndose, haciendo que sectores reciban más caudal y otros no lleguen a ser regados. Ante esto, los ingenieros procedieron a alinear cada línea para corregir este parámetro y así distribuir los milímetros necesarios por metro cuadrado de forma homogénea para lograr un perfil con buena disponibilidad hídrica.
También se contemplaron actividades como corte vertical y aireación, dos practicas fundamentales en los campos deportivos que tienen diferentes objetivos. El corte vertical favorece la infiltración y mejora las tareas de fertilización, además de favorecer nuevos enraizamientos y plántulas al cortar los rizomas y estolones de las especies cespitosas. Por otro lado, la aireación es una práctica que trata de crear canales o hendiduras para mejorar el intercambio gaseoso y la circulación del agua. “Tiene que ver con las propiedades físicas del perfil”, destacan.
La fertilización, el jugador N° 12
Un punto importante para destacar es que el campo de juego no contaba con un plan de fertilización. Incluso, el uso de los mismos no era habitual por lo que mucho de los problemas encontrados provenían de esta situación, debiéndose realizar un plan a corto plazo.
Para conocer las condiciones químicas que poseía el suelo, la primera acción realizada contempló justamente un análisis de suelo, una herramienta clave para el trabajo de los técnicos de Agroestudio. Las muestras se tomaron el 29 de septiembre de 2022 en diferentes ambientes, según calidad cespitosa dentro del campo de juego, para definir estrategias de trabajo. Cabe destacar que además se realizó una muestra general de la cancha para diferentes profundidades.
De los resultados obtenidos se desprendió la existencia de un Ph elevado (7.9) y, al mismo tiempo, problemas de sales (Sodio) en los primeros 10 – 20 cm de suelo, algo muy común también a nivel nacional. Es necesario destacar que los demás parámetros estaban “muy bien”, según la mirada de los ingenieros.
Junto con los análisis de suelo se realizó un análisis de agua, que arrojó valores de precaución por salinidad.
Según un estudio realizado en el marco del proyecto IPG-INTA, del 100% de muestras analizadas para riego, solo el 20% es apta, el 15% no lo es y el 65% restante es apto pero con precauciones. Este problema se da a nivel nacional y es uno de los mayores inconvenientes que presentan las canchas con riego. Si bien la aplicación de “sulfato de calcio” es una práctica agronómica muy importante, la realidad también marca que pueden surgir complicaciones a la hora de aplicar desde el punto de vista logístico.
“Mist TPS78” (fertilizante de kioshi Stone que comercializa la firma rafaelina) tiene como fuente sulfato de calcio + azufre elemental, clave para el “lavado” de esas sales que se incorporan mediante riego en los primeros 10-20 cm. Por eso Agroestudio diseñó un protocolo de aplicación mensual de Mist TPS78 con la finalidad de evitar la acumulación excesiva de sales y consecuentemente un deterioro de las propiedades físicas y químicas del suelo.
Se repitió la práctica de analizar el suelo y agua de riego a los 120 días de comenzar con los planes de fertilización, a efectos de evaluar el impacto del mismo en el tiempo y determinar que los parámetros de suelo se mantengan en valores dentro de la normalidad, e incluso, mejorar aquellos que estén desfasados.
En ese sentido, desde Agroestudio admitieron que los resultados iniciales de este protocolo de fertilización a suelo, a largo plazo, “son inicialmente muy alentadores”. Con respecto al Calcio, hubo mejoras en aumento, produciéndose un desplazamiento del Sodio haciendo que el PSI baje. La calidad del agua no se modificó, la cual sigue con porcentajes de sales importantes que no dejan de ser suministradas al suelo, actuando el Calcio como “buffer”. Y agregan: “es importante destacar que Mist-TPS78 interviene directamente en estos parámetros ya que parte de su composición es Calcio de altísima pureza y disponibilidad”.
A la hora de examinar el pH, se evidenció una disminución a partir del incremento de Calcio y una merma del PSI como efecto indirecto. “Esto es muy importante ya que el objetivo es lograr una neutralidad en donde la disponibilidad de todos los nutrientes es la máxima”, remarcaron.
“La aplicación de Mist- TPS78 como fuente azufrada es muy importante para mantener este valor en niveles adecuados e incluso mejorarlos a través de las aplicaciones secuenciales en el tiempo dentro del protocolo de acción”, explican.
Debe destacarse que Agroestudio se encuentra en la fase de análisis de resultados para confeccionar los correspondientes informes técnicos. Los especialistas anticiparon que en el corto y mediano plazo irán compartiendo datos y valores de las mejoras iniciales registradas en los parámetros químicos del suelo. Aquellos interesados en mayor información pueden comunicarse con la empresa Kioshi Stone. Mientras tanto, los protocolos de fertilización se siguen probando y están en fase de desarrollo por parte de la firma.
Combatir malezas y colocar pasto
El campo de juego consta de malezas qué deben ser controladas para evitar su invasión y expansión, a los fines de impedir riesgos de lesiones a los jugadores y efectos indeseados en la estética y visualización.
Pennisetum clandestinum (Kikuyo) es una de las principales representando un elevado porcentaje dentro del campo de juego.
Además de la aplicación de herbicida para combatir malezas, se realizó la colocación de panes de césped Tifway 419 en sectores diferenciados de la cancha a los fines de acelerar el proceso de cobertura con la especie deseada y lograr reducir el porcentaje de las mismas al nivel más bajo posible.
“El proceso de control de malezas es a largo plazo y de un continuo accionar, que requiere necesidades operatorias del personal a cargo del campo como así también un manejo adecuado a las condiciones y uso del predio deportivo”, sostiene Villada. “El kikuyo conforma un porcentaje de la base cespitosa del campo de juego y no debe ser eliminado al 100% en un plazo corto de tiempo ya que lograr la cobertura total del mismo precisa de un período extenso de días”, advierten.
Resultados
Desde el comienzo del proyecto han pasado tan solo cuatro meses, pero el cambio de paradigma ya es un hecho. Por supuesto que deben contemplarse tiempos biológicos del césped y suelo que no pueden acelerarse. De ahí que la duración de la iniciativa sea de dos años, pero desde Agroestudio Rafaela buscan llevar un mensaje claro y concreto: “generar información de valor para trabajar sobre resultados y protocolizar la fertilización el manejo agronómico de las canchas de fútbol”
Todos los trabajos realizados en 120 días permitieron alcanzar resultados totalmente positivos en la evolución del campo deportivo. Desde la generación de una carpeta cespitosa en su totalidad, hasta la mejora física de la estructura de suelo. Ahora resta esperar la Etapa 3 del proyecto.
“Para mantener el césped adecuado se requieren determinadas condiciones de riego, buenos equipos, todo está premeditado y pautado a partir de un plan de trabajo anual, que se va cumpliendo a rajatabla, pero también modificando o corrigiendo en caso de ser necesario”, ponderan los expertos.
Y, a modo de reflexión final, concluyen: “en el campo buscamos innovar y ser eficientes en el uso de los recursos. Y en los estadios de fútbol entendemos que hay mucho por hacer de la mano de los ingenieros agrónomos y la tecnología que evoluciona al compás de las necesidades”.
Fuente: Ecos365
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