Spahn se reúne con las hijas de Malvicino para definir el futuro de Casasol
La mañana del lunes tuvo un movimiento inusual en el predio Casasol. Mientras el plantel dirigido por Leonardo Madelón cumplía con su entrenamiento habitual, un escribano se hizo presente para labrar un acta que dejó constancia del estado actual de las instalaciones. La medida no fue casual: el contrato que vinculaba a Unión con la familia Malvicino venció el 30 de septiembre, y ahora el club busca avanzar hacia una definición sobre el futuro del complejo que durante años fue su sede deportiva.
El acta incluyó un detalle de las mejoras y obras realizadas por la institución en el predio, entre ellas la construcción de cocheras, la modernización de los espacios habitacionales y el mantenimiento general de la infraestructura. A lo largo del vínculo, Unión mantuvo el lugar en óptimas condiciones, pese a no ser su propietario.
En este contexto, se espera una reunión decisiva entre Luis Spahn y Mónica Malvicino, representante de la familia dueña del predio. Durante el encuentro, Malvicino presentará las ofertas de compra que recibió por el complejo, mientras que Spahn intentará avanzar con una propuesta económica que le permita a Unión quedarse con Casasol en propiedad.
La negociación despierta una fuerte expectativa en el mundo tatengue. Desde hace tiempo, el club proyecta consolidar un espacio propio para el trabajo del plantel profesional y el desarrollo de las divisiones juveniles. Si logra concretarse la compra, sería un paso histórico para Unión: pasaría de ser inquilino a propietario de su centro de entrenamiento, fortaleciendo su patrimonio institucional y deportivo.
Por estas horas, el futuro de Casasol —y buena parte del proyecto deportivo del club— comienza a definirse. El resultado de la reunión podría marcar un punto de inflexión en la gestión Spahn y en el rumbo de Unión hacia una nueva etapa de crecimiento.
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