Cómo surgió el apodo de Jaime Sarlanga, uno de los máximos goleadores de Boca
Los apodos en el fútbol argentino han sido una parte integral de la cultura futbolística del país desde hace décadas. Surgieron como una forma de identificar a los jugadores de manera más cercana y personal, alejándose de los nombres formales y brindando un toque de familiaridad y cercanía.
Estos apodos suelen estar relacionados con características físicas, habilidades en el campo de juego, comportamientos o incluso con la historia personal de los jugadores. Muchas veces son otorgados por los propios compañeros de equipo, entrenadores o la prensa deportiva, y terminan siendo adoptados por los propios jugadores y por los aficionados.
Algunos de los apodos más famosos en el fútbol argentino incluyen "El Diego" para Diego Maradona, "El Apache" para Carlos Tevez, "La Bruja" para Juan Sebastián Verón, entre muchos otros. Estos apodos no solo se convierten en una forma de identificación única para los jugadores, sino que también contribuyen a la rica historia y folklore del fútbol argentino. Pero descubrir el origen del sobrenombre viejas glorias, como es el caso de Jaime Sarlanga, a quien le llamaban “Piraña”, puede resultar un poco más difícil de descubrir.
¿Quién fue Jaime Sarlanga?
Jaime Sarlanga, una figura emblemática del fútbol argentino, nació el 24 de febrero de 1916 en Tigre, provincia de Buenos Aires, en una época en la que el fútbol en Argentina aún era amateur y los equipos reconocidos en la actualidad apenas comenzaban a formarse. Desde temprana edad, Sarlanga exhibió un talento excepcional en el fútbol, un deporte que estaba ganando popularidad en los barrios argentinos. A pesar de mantener siempre un perfil discreto en su vida personal, se conoce que contrajo matrimonio y tiene un nieto, el empresario Juan Pablo Sarlanga.
El debut oficial de Sarlanga se produjo a los 18 años en el Sportivo Delta de Tigre, donde su destreza en el campo atrajo la atención de colegas, periodistas y seguidores. Ya desde ese entonces le llamaban “Piraña”, sin demasiadas explicaciones. La gran mayoría pensaba que era porque siempre estaba preparado para el ataque, pero veremos que no fue tan así.
Su talento innato y su dedicación lo convirtieron rápidamente en una leyenda del deporte argentino. Sobresalió como delantero central, siendo reconocido como el "9 de área" debido a su habilidad para estar siempre listo para atacar el arco rival.
A lo largo de su trayectoria, Sarlanga cosechó un total de 8 títulos, que incluyen los Campeonatos de 1940, 1943 y 1944, la Copa Carlos Ibarguren en 1940 y 1944, la Copa Competencia Británica y las Copas Confraternidad en 1945 y 1946. Inició su carrera en Defensor y luego pasó por las divisiones juveniles del Sportivo Delta de Tigre, debutando en Primera División en 1934. Posteriormente, tuvo una breve etapa en Ferro, donde integró una destacada línea delantera junto a Bernardo Gandulla y Raúl Emeal.
No obstante, fue en el Club Atlético Boca Juniors donde el abuelo de Juan Pablo Sarlanga dejó una huella imborrable. Junto a Gandulla, quien había jugado en Vasco Da Gama en 1939, Sarlanga se consagró campeón del Torneo de Primera División de Argentina en su primer campeonato con el Xeneize. Su impacto en Boca Juniors consolidó su lugar en la historia del fútbol argentino.
El origen del apodo de Jaime Sarlanga, en primera persona
Son pocos los documentos que hay respecto al abuelo de Juan Pablo Sarlanga, debido a la falta de la variedad de medios y archivos de la época en la que jugó al fútbol. Sin embargo, gracias a la entrevista que le realizó el periodista Jack Barski, para El Gráfico el 14 de febrero de 1965, apenas un año antes de que falleciera el ídolo de Boca, pudo salir a la luz.
Ante una pregunta en cuanto a su capacidad de que le cobraran faltas desde los 12 pasos, el delantero aclaró: “No es cierto que me tirara deliberadamente en el área para fabricar penales. Esa fama me la crearon los rivales. Lo cierto es que yo era muy liviano -pesaba 57 kilos- y veloz. Calcule que entrando embalado y encontrando en el camino una pierna tipo Lecea (¿Se acuerda del vasco?), ¿cómo no me iba a caer? En cuanto a mi sobrenombre de ‘Piraña’, me lo puso Aristóbulo Deambrosi. Sucedió cuando jugábamos juntos en el combinado juvenil que intervino en el Panamericano de fútbol en Dallas en 1937, y donde salimos campeones. Yo era de mirar y poco hablar, pero decía la justa y precisa. En aquel entonces era muy popular el pibe de una historieta que se llamaba Piraña y que era como yo: hablaba poco. Así me bautizó el ‘Mono’, que no perdonaba una”.
De esta manera, el propio Jaime Sarlanga le puso fin al mito de que su apodo tenía que ver con el pez carnívoro por su letalidad a la hora de atacar u “olfatear sangre” en la defensa rival y descubrir una oportunidad para convertir un gol.
El Panamericano de fútbol en Dallas en 1937: el debut de Jaime Sarlanga en la Selección
El primer Panamericano se llevó a cabo en Dallas, Estados Unidos, en 1937, durante un mes, desde el 15 de julio hasta el 14 de agosto. Este evento tuvo lugar con motivo de la Exposición Panamericana, donde se exhibieron las banderas de varios países como Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Chile, Estados Unidos, Perú, Uruguay y Venezuela.
Esta competencia inicial sirvió como una especie de prueba piloto e incluyó deportes como atletismo, boxeo y fútbol, aunque inicialmente se planeaba que también participara el automovilismo, decisión que luego fue descartada.
El 4 de mayo de 1937, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) decidió enviar un equipo compuesto por jugadores de la 4ta. División Especial (equivalente a la 3ra. División) debido a que eran jugadores sin contrato, es decir, amateurs. Este equipo, conocido como la "Cuarta de Dallas", estuvo conformado por jugadores de Buenos Aires en diversas posiciones. Entre ellos estuvo el abuelo de Juan Pablo Sarlanga, donde fue que recibió su apodo histórico: “Piraña”.
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