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Las confesiones de Francisco Ferraro con Colón: “No terminamos bien”

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Francisco “Pancho” Ferraro hizo historia en el fútbol argentino. Fue el entrenador de la Selección Sub 20 que ganó el Mundial de Holanda 2005, ese que tuvo a Lionel Messi como máxima figura, y contaba con nombres como Ezequiel Garay, Lucas Biglia, Neri Cardozo, Pablo Zabaleta, el Chaco Torres, Fernando Gago y Sergio Agüero.

En el debut en ese torneo, el entonces director técnico decidió que Messi fuera suplente de Emiliano Armenteros. pero la derrota inicial con Estados Unidos lo obligó a un cambio, aunque también existe la versión de un pedido enfático del fallecido Julio Humberto Grondona. “El médico me informó que Lionel tenía una fatiga muscular y que lo mejor era que jugara sólo el segundo tiempo. Como la rompía siempre al final, pero de titular le costaba, una tarde nos reunimos, y Messi me dijo: ‘Le iba a pedir ser suplente, me siento mejor en los segundos tiempos’”, explicó Pancho Ferraro en su momento.

A partir del segundo partido con Egipto, Messi fue titular, marcó su primer gol en un Mundial y no salió más del equipo hasta aquella conquista histórica. Pancho Ferraro, por su parte, se transformó en el primer entrenador que lo dirigió en una Copa del Mundo y que lo sacó campeón por vez primera con la camiseta albiceleste a los 18 años.

“Era un chico realmente tranquilo, callado, pero hablaba con la pelota”, asegura en diálogo con Infobae el hombre de 77 años que permaneció al frente de la Selección hasta el 2006 y dirigió en total a 14 equipos en su dilatada trayectoria.

– ¿Qué es de su vida, Francisco?

– Bien, mirando fútbol. No trabajo desde hace mucho tiempo por decisión propia. No voy a la cancha y veo los partidos por televisión. Doy charlas por Zoom en algunas provincias o por teléfono. Colaboro también en escuelas de directores técnicos para darles una mano con la idea de volcar la experiencia que tengo en este deporte.

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– ¿Por qué tomó la decisión de no dirigir más?

– En el 2011 estaba dirigiendo en Gimnasia y Esgrima de Jujuy, y dije “hasta acá llego, no voy a dirigir más porque hace mucho tiempo que estoy en esto y ya estoy grande”. No quise continuar en ese rol, pero sí como coordinador de Divisiones Inferiores o director deportivo. Estuve un par de meses en Chacarita. Luego, en Deportivo Español y lo último que hice fue antes de la pandemia por el coronavirus como manager en Colón de Santa Fe durante 10 meses.

– ¿Cómo terminó su relación con los dirigentes del Sabalero, a quienes le ganó un juicio millonario?

– No terminamos bien, pero no quiero tocar el tema.

– ¿Extraña el ir a entrenar todos los días?

– No, ya no. Al principio podía ser un poco, pero luego no. Me fui acostumbrando, porque considero que tomé una buena decisión. Sufría muchos los viajes, me sentía cansado. El Nacional B te va demoliendo bastante, sobre todo cuando viajás en micro y no en avión. Cuando colgué el buzo de entrenador, no me puse mal porque venía pensando en tomar esa decisión mucho tiempo antes. Al principio, me faltaba algo en mi vida, pero después lo fui asimilando.

Francisco Ferraro en el Mundial Sub 20 de Holanda haciendo ingresar a Lionel Messi Francisco Ferraro en el Mundial Sub 20 de Holanda haciendo ingresar a Lionel Messi

– ¿Cómo observó la consagración de la selección argentina, luego de 36 años sin títulos mundiales?

– Como mucha alegría, era el deseo de todos. No solamente por la Selección, sino por Lionel Messi. Gracias a Dios se le dio y tengo una gran alegría por él, a quien tuve durante mucho tiempo en las juveniles. Sé lo que pensaba y deseaba desde aquel momento, y a medida que se fue dando el Mundial, toda la gente quería lo mismo: “Ojalá se le dé”, y al final, se le dio. Lo sintió el país con los posteriores festejos en las calles. Me impactó la cantidad de gente que saló a festejar; necesitábamos una alegría así. Yo no fui al Obelisco. Viví los partidos en mi casa, junto a mi familia.

– ¿Le pudo escribir a Messi un mensaje para felicitarlo?

– No, no soy de escribir, tampoco tengo su número de teléfono, sólo manejo Whatsapp y la llamada. Soy anti-tecnología. Con Messi desde el 2005 a la fecha nos vimos una sola vez en el Predio de la AFA en Ezeiza, que fui a saludar a los chicos. Estaban disputando las Eliminatorias para Brasil 2014 con Alejandro Sabella como entrenador. Allí, me encontré con varios futbolistas que tuve en la Selección y me quedé hablando con Lionel durante 15 minutos. Estaba tensionado porque le faltaba poco tiempo a su esposa Antonela para ser mamá. No hablamos tanto de fútbol, sino de la vida, del cambio que iba a tener por recibir a su hijo. Me gustó muchísimo esa charla con él. Cuando nos despedimos con un abrazo, me dijo: “¿Ya te vas?”. Le dije que terminaba de saludar y me iba. A los cinco minutos, aparecióe Marito (Di Stéfano, el utilero de la Selección) con una bolsa: “Te la manda Messi”. Era su camiseta firmada y dedicada. Enseguida la puse en un cuadro, y acá la tengo, colgada en el museo que me hice en casa con todas las cosas de fútbol que tengo.

-¿Es ese el recuerdo más lindo que tiene de Messi?

– Sí, conservo esa camiseta, pero los mejores recuerdos son los tuve junto a él en el Sub 20 cuando nos consagramos campeones en el Mundial de Holanda. Igualmente, disfruto siempre de Messi, desde que lo vi en Barcelona hasta la actualidad en el PSG, porque ver un partido suyo es seguir disfrutándolo.

– ¿Cree que Lionel se sacó esa mochila pesada que arrastraba desde hace tiempo?

– Cambió todo luego de la obtención de la Copa América 2021. Pero el cambio total en su vida se dio tras ganar la Copa del Mundo, sin lugar a duda.

– Lo vio a Messi levantar la Copa del Sub 20 en Holanda 2005. ¿Volvió a verlo sonreír en Qatar de la misma manera que hace 18 años?

– En cada logro obtenido se muestra como un chico normal, como aquel de 18 años que se consagró con la Sub 20 junto a grandes jugadores y mejores personas. Después, lógicamente la alegría que tuvo en la Copa América 2021 sentado en el campo de juego con el celular y el abrazo con Lionel Scaloni… Ahora, el broche de oro de su carrera fue ganar lo que más quiso en su vida: la Copa del Mundo. Besar esa Copa que agarró y le sintió el peso, llevársela a sus compañeros y levantarla, se notó que tenía una gran alegría y nos contagió a todos.

– ¿Qué concepto tiene de Lionel Scaloni?

– Lo conocí como jugador en el Mundial 2006 en Alemania, porque fue elegido por Pekerman. Un muchacho extraordinario y muy jovial. Jugara o no, siempre aportaba cosas positivas al plantel. Luego, una vez lo saludé en el predio de AFA y no lo vi más.

– Francisco, es considerado un especialista en la formación de juveniles. La Selección terminó disputando el mundial con muchos chicos: Julián Álvarez, Enzo Fernández, Gonzalo Montiel, Alexis Mac Allister. ¿Cree que estos chicos tuvieron mucha incidencia en este seleccionado mayor que no tuvieron otros en otros equipos argentinos?

– Sí, porque el estar dentro de este plantel elegido por Scaloni es por algo. El cuerpo técnico llevó a cabo un gran seguimiento con juveniles de entre 19 y 21 años. Luego, lo vimos reflejado en el campo de juego. No es casualidad, sino estudio, perseverancia y trabajo. Se conformó un gran cuerpo técnico con Aimar, Samuel, Ayala, comandados por Scaloni. Debemos tener tranquilidad por el presente y por el futuro.

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– Habló de Aimar. ¿Tiene el ADN de José Pekerman?

– Sí, tiene el ADN de Pekerman, no tengo ninguna duda. Él y Diego Placente fueron jugadores que pasaron muchos años bajo el mando de José. Es muy importante todo lo que le puede aportar Pablo al cuerpo técnico por sabe mucho.

– ¿Cómo era tratar a Messi en su etapa juvenil?

– Era un chico más, simple, alegre, callado y muy compinche con el Kun Agüero Comenzó esa amistad en Holanda, y gracias a Dios se mantiene hasta ahora. Un chico humilde, respetuoso. No me extraña en absoluto todo lo que nos demuestra y da. Estoy orgulloso, porque es un gran embajador argentino para el mundo.

– ¿Cómo nació aquella relación de amistad entre la Pulga y el Kun?

– Nació circunstancialmente. Concentraron en una habitación y formaron una gran amistad, y con mucha alegría. El Kun era el más chico del plantel con 17 años; el resto, 18. Son buenos chicos, que formaron una gran Selección y siento el orgullo de haber sido parte. Al final, era lo que quería Pekerman: que alguno de los juveniles llegue a la Mayor. Y en Brasil 2014 llegaron Pablo Zabaleta, Ezequiel Garay, Lucas Biglia, Fernando Gago, Agüero y Messi.

-¿Cuáles fueron las primeras indicaciones que le dio Pekerman tras sumarlo al cuerpo técnico?

– Cuando volvimos de Colombia, donde logramos la clasificaciones al Mundial de Holanda 2005, me dijeron “anda a ayudarlo a Hugo (Tocalli)”. Luego, agarré la sub 20 y Tocalli se fue a la Mayor con Pekerman. Me dijo José: “Forma el Sub 20 y jugá como quieras, pero el seleccionado tiene que terminar entre los mejores cuatro. Y algún chico tiene que llegar a la Mayor”. Subimos a seis futbolistas, que se veían que iban a llegar a la élite del fútbol. Estos tuvieron un gran recorrido por la Selección. Luego, con el paso del tiempo, uno se da cuenta de que estuvo en grandes equipos.

– Cuando lo conoció a Messi, ¿ya aparecía como una gran promesa?

– Lo conocí en el torneo Sudamericano cuando lo llevó Tocalli y te dabas cuenta de que estabas en presencia de algo distinto. Luego, lo tuve a los cinco meses más armado físicamente en Holanda. Ya estaba en la Primera del Barcelona. Dejemos la técnica de lado porque nació así pero sí estaba armado desde lo físico y era un distinto.

– De chiquito ya tenía su carácter. ¿Le ponía mala cara cuando lo cambiaba durante el partido?

– Sí, siempre fue así. En el segundo tiempo del partido con Alemania, hice el cambio que hacía siempre: salió Oberman y entró el Kun. Al ratito nomás, el Chaco Torres se cae, toca la pelota con la mano y lo expulsan por doble amarilla. Ganábamos 1 a 0, Tojo (Miguel Ángel, su ayudante de campo) me pregunta a quién iba a poner. “Tráeme a Biglia”, le dije. Me pregunta: ‘¿Quién sale?’, ‘Messi’, le respondí. Cuando hago el cambio, Lionel estaba a 40 metros de mí, lo veo venir, pero no con buena cara. Sin hablar ni gesticular, su expresión lo decía todo. Pasa, le acaricio la cabeza y se sienta en el banco. Entra Lucas, ganamos por la mínima diferencia, pasamos a la ronda eliminatoria y esa noche, en la cena, el profesor Gustavo Salorio me avisa que Leo quería hablar conmigo

– ¿Cuál fue el diálogo?

– Le pregunto: “¿Qué pasa, Leo?”. Me responde: “Te quería hablar, Pancho. Hoy estuve mal. Te puse mala cara porque me sacaste´” Le dije: “No pasa nada”. Y me insiste: “Sí, estuve mal y te pido perdón”. Le vuelvo a repetir: “No pasa nada. ¿Por qué lo hiciste?”. Y me dice: “Porque yo quiero jugar siempre”. Al mismo tiempo, le contesté: “Está bien, Leo, pero había entrado el Kun hacía diez minutos, y tenía que poner luego un volante central, y vos venías con el trámite del partido encima. No pasa nada, quedate tranquilo, pero no me lo hagas mas a mí ni a otro técnico”. Al final se lo hizo a todos (risas).

Pancho Ferraro abrazando a Lionel Messi tras la conquista del mundial juvenil  (Fotobaires)Pancho Ferraro abrazando a Lionel Messi tras la conquista del mundial juvenil (Fotobaires)

– ¿Cuál fue la huella que dejó Ferraro en aquel campeón juvenil?

– Gracias a Dios en el fútbol, en todos los clubes que estuve, fui dejando algo. Poco, mucho, regular, pero siempre con honestidad, humildad y valores. Es muy lindo el recorrido que tuve, y soy un agradecido al fútbol. Por donde pasé, quedó la huella de Pancho.

– ¿Cree que volveremos a ver juveniles que tuvieron aquellas Selecciones con Maradona, Riquelme, Aimar y Messi, por ejemplo?

– Nombraste dos que son muy difíciles que se repitan como Lionel y Diego. Que hay grandes jugadores es cierto. Que van a seguir apareciendo, también, y lo vemos permanentemente en nuestro fútbol. Pero hablar de Messi y de Maradona es groso. Ahora, también hay que decir que hay buenos juveniles con un futuro con mucha tranquilidad, porque noto que estamos bien.

-¿Cómo observa el trabajo que hacen los clubes en las divisiones inferiores?

– Se está trabajando muy bien en Inferiores. Siempre aparecen nuevos chicos que llegan a debutar en Primera. No hay que apresurarse, hay que tener paciencia y mucha tranquilidad, y mucha docencia. Primero está el chico, luego el jugador. En primer lugar el estudio, después el fútbol. Igualmente, pueden hacer las dos cosas. Hay que saber de qué hogares vienen, qué familia los contiene. Estamos viviendo momentos muy difíciles, es un trabajo muy importante y lindo a la vez. Cada técnico y profesor debe aportar muchísimo en la docencia para que aparezcan chicos muy bien en todos los aspectos.

– ¿Qué pasó con el proyecto que presentó en el 2016 para comandar las selecciones juveniles de AFA?

– Fue cuando estaba Armando Pérez como presidente de la Comisión Normalizadora de AFA y el Patón Bauza como entrenador de la Mayor. Estuve entre los cuatro finalistas, pero hubo grandes equivocaciones, porque mi proyecto abarcaba desde la sub 20 hasta los chicos de 13 años y me llamaron para que fuera solamente el entrenador de la Sub 20. Le dije que “se había roto el proyecto y que sólo no iba porque tenía gente trabajando conmigo”. Mantuve mis códigos y mi manera de pensar.

– Es voz autorizada para hablar de la actualidad del Sub 20 de Javier Mascherano. ¿Qué le pareció el rendimiento en el Sudamericano de Colombia?

– Una lástima como terminó todo, que no se haya clasificado para continuar en el torneo. Jugar un Sudamericano es muy difícil, porque todos quieren voltear a la selección argentina. Y realmente fue un golpe muy duro. Ya pasó. Vi que presentó la renuncia Mascherano, pero Chiqui Tapia no se la aceptó. Hay que tomar tiempo, tranquilizarse y sentarse con Tapia, César Luis Menotti y Bernardo Romero para analizar que pasó para no clasificar. Algunas cosas fueron positivas, otras no. Mascherano tiene un prestigio bien ganado. Es un apellido muy groso y fuerte.

Fuente: Infobae

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