Arzobispo Fenoy: “una sociedad mejor puede nacer de esta crisis global”
El presidente Alberto Fernández participará este lunes en forma virtual del tradicional Tedeum por el 25 de Mayo. Este año tendrá características inéditas ya que, por primera vez en la historia argentina, se realizará a puertas cerradas en la Catedral Metropolitana, por las restricciones impuestas debido al aislamiento social y obligatorio por el coronavirus.
La tradicional celebración será presidida por el arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina, Mario Poli, en una catedral a puertas cerradas y sin la presencia de funcionarios.
Que en estos días de angustia y dificultad, nuestra Inmaculada Madre de Guadalupe siga protegiendo nuestra patria, nuestra provincia y nuestra ciudad.
Y en Santa Fe, el arzobispo Sergio Fenoy dedicó unas palabras a este momento que vive la sociedad argentina: “este año será distinto el modo en que, alabamos y damos gracias a Dios (Te Deum) por el don de nuestra patria argentina. Siempre en estos días de mayo y desde los comienzos de nuestra historia, hemos valorado el Don precioso que Él ha confiado a nuestra libertad, para que lo cuidemos y perfeccionemos, como tarea común de todos los argentinos y crucial responsabilidad de sus dirigentes”, indicó.
“La pandemia de COVID-19 se ha extendido sobre la familia humana. Todos nos hemos visto afectados, de una forma u otra por ella. Muchas situaciones de nuestra vida cotidiana se han modificado: hábitos, costumbres, celebraciones, rutinas, etc.; estamos pasando por una constante fluctuación de nuestros estados de ánimo”.
Futuro oscuro
Para el arzobispo se avecinan momentos muy duros para nosotros, particularmente en el ámbito social. “Las graves consecuencias de esta “tormenta” ya se sienten: la realidad se nos vino encima, y hace que se visibilicen problemas estructurales de nuestros barrios. Es preocupante la situación del hacinamiento y abandono en las cárceles, las limitaciones del sistema de salud, la asistencia alimentaria sostenida, los problemas de la falta de agua potable, y muchas necesidades concretas que surgen por la pérdida de las changas y trabajos informales de muchos de nuestros vecinos”.
“Y si bien esta situación de emergencia puede prolongarse riesgosamente en el tiempo, nos hará bien pensar que una sociedad mejor puede nacer de esta crisis global, gracias al esfuerzo de todos. Es posible seguir aprendiendo de nuestra gente sencilla, tan acostumbrada a tener que adaptarse siempre a nuevas y difíciles situaciones. “Ahora más que nunca, son las personas, las comunidades, los pueblos quienes deben estar en el centro, unidos para curar, cuidar, compartir”.
“Los creyentes sabemos que, en medio de la incertidumbre y las amenazas, es posible sembrar esperanza. Porque ésta, se basa en la fe en Dios, en la fuerza que Él nos da para responder en cada circunstancia con sabiduría, prudencia e inteligencia”, señaló Fenoy.
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“Ante una situación límite se manifiesta qué es lo realmente esencial y aquello que no es más que superficial o superfluo. Hay cosas que, en los momentos decisivos, no sirven para nada, y otras que literalmente nos salvan y son esenciales para vivir en los momentos de mayor peligro. El Señor de la historia nos ayude a ser los constructores de los cambios que son impostergables, a “bajar un cambio” –como dice el Papa Francisco–, a repensarnos, a regenerarnos, a poner la dignidad, la vida, la solidaridad, la esperanza y el sentido de comunidad, en el centro”.
“Que en estos días de angustia y dificultad, nuestra Inmaculada Madre de Guadalupe siga protegiendo nuestra patria, nuestra provincia y nuestra ciudad”, finalizó el pastor de la iglesia católica.