Crítica de Judy
Por Nicolás Largeaud*
Si bien la película trata sobre la última y triste parte de Judy Garland, el final reivindica su trayectoria basándose en el afecto y cariño de sus seguidores. Más allá de una estructura y guión excelentes, Judy se sostiene principalmente por la maravillosa interpretación de Renée Zellweger, que logra transportarnos a situaciones de tristezas, angustias, dolor y felicidad. Los malos momentos que vemos de su vida son mayores en la película, no obstante, el epílogo llega a ser tan emotivo que cuesta recuperarse.
Técnicamente cumple con todos los paradigmas hollywodense, por eso funciona. Aunque el personaje aparece un 95% del tiempo, lo que provoca cierto cansancio visual, ya que es su biopic, podría haberse dedicado un poco más de tiempo a otro personaje o al flashback. Al no haber muchas escenas en exteriores los errores de ambientación se reducen al mínimo, y el departamento artístico se esmera más en los interiores y el vestuario, por lo que a simple vista vemos que lo han hecho y muy bien.
Aunque no lo parezca, Judy no es un musical. Claro que tiene canciones y varias, pero solo son utilizadas para marcar momentos de su vida que se relacionan con su estado de ánimo y con su pasado mostrado a través del flashback. De todos modos, podemos disfrutar de muy buenas interpretaciones de Renée Zellweger, sobre todo con la canción final… prepárense para eso.
Judy es una película muy recomendada para verla en familia y con un par de paquetes de pañuelos descartables y gafas oscuras para salir de la sala de cine para disimular las lágrimas.
*Crítico de cine en Cadena OH!
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