El impacto que provocó en Red Bull la salida de Christian Horner
El despido de Christian Hornergeneró un fuerte impacto puertas adentro de la base de Red Bull Racing en Milton Keynes. La abrupta decisión, tomada después del Gran Premio de Gran Bretaña y comunicada en un encuentro reservado en Londres, dejó desconcertados a los integrantes de la fábrica, quienes no esperaban semejante movimiento en la cúpula del equipo que domina la Fórmula 1 en los últimos años.
La determinación fue transmitida de manera directa por Helmut Marko y Oliver Mintzlaff durante una reunión privada. Según trascendió, el británico fue citado bajo el pretexto de tratar asuntos habituales, pero en el lugar se le notificó su salida. La escena, que lo tomó completamente por sorpresa, lo dejó fuera de la estructura que había conducido a lo más alto de la categoría.
El malestar entre los trabajadores se profundizó en los días siguientes. De acuerdo con un relevamiento del diario The Sun, una empleada relató que Marko intentó levantar el ánimo con comentarios distendidos, aunque su mensaje no cayó bien. “Tiene que sonreír más”, les dijo el austríaco, pero varios coincidieron en que el ambiente quedó aún más tenso. Laurent Mekies, designado como sucesor, asumió con la supervisión directa de Marko y Mintzlaff, aunque sus primeras palabras tampoco lograron calmar los ánimos.
Testimonios recogidos por el medio británico compararon la primera charla del nuevo jefe con “un accidente de coche”. Mintzlaff, además, se permitió bromear sobre otros despidos recientes, como los de Oliver Hughes y Paul Smith. “Si tienen algún problema, envíen un mensaje de texto a su jefe. Ah, y si ya no tienen jefe, envíenme un mensaje a mí”, habría dicho entre risas. Ambos ejecutivos fueron apartados sin aviso y escoltados fuera de las instalaciones, lo que dejó a los empleados sin referentes directos.
El clima interno se volvió cada vez más enrarecido. Un integrante de la escudería describió la situación como un “ataque selectivo para hacerse con el control del equipo de carreras”, asegurando que en Austria no veían con buenos ojos que un británico encabezara la estructura. La misma fuente agregó que, tras estas medidas, “el equipo es un caos”, en clara muestra del descontento generalizado.
Amigos cercanos a Horner revelaron a The Sun que el ex jefe se sintió “herido y traicionado” por no haber recibido ninguna advertencia previa. “Christian fue absuelto dos veces por el escándalo de los mensajes de texto, pero ahora está de baja y todavía no se le ha dado ninguna explicación de por qué ha perdido el trabajo que amaba”, comentaron.
El trasfondo de su salida combina viejos conflictos internos. Las tensiones con el llamado “clan Verstappen”, las investigaciones por “conducta inapropiada” –de las que fue exonerado– y el aumento de su influencia dentro de la organización lo habían dejado en el centro de la polémica. La pérdida de apoyo dentro de la familia fundadora, tras cambios en la estructura accionaria, terminó por sellar su futuro.
Hoy, Horner se encuentra en período de “gardening leave”, es decir, fuera de su cargo pero cobrando su salario y sujeto a cláusulas de confidencialidad. Según Sky Sports, no podrá volver a la Fórmula 1 antes de enero de 2026, mientras se especula con un posible interés de equipos como Alpine o Ferrari. Su indemnización podría superar los 50 millones de euros.
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