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Por qué el fútbol argentino está a la sombra de Brasil en el plano internacional

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La ilusión vuelve a impregnarse en el ambiente de cada uno de los ocho equipos argentinos que esta semana tendrán que disputar el partido de ida de los octavos de final de la Copa Libertadores (San Lorenzo, Talleres y River —estos dos últimos juegan entre sí—) y la Sudamericana (Rosario Central, Belgrano, Racing, Boca y Lanús). Es cierto que cada uno luchará por su cuenta para llegar a la final, pero también todos afrontarán un objetivo común, aunque quizá no lo tengan presente al momento de salir al campo de juego ni sea el sueño que mantiene expectantes a los hinchas, sino más bien una causa nacional: arrebatarles el lugar de protagonistas que tienen los brasileños.

De las últimas 20 ediciones del torneo de equipos más importante del continente, en 15 hubo, al menos, un equipo de Brasil en la final. La eficacia también es bastante grande porque ganaron 12, pero esos números crecieron abruptamente en las copas recientes porque los últimos cinco campeones fueron Fluminense, que venció a Boca el año pasado, Flamengo en dos ocasiones (ante River y Paranaense) y Palmeiras que cosechó un par luego de vencer a Santos y al Mengão.

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La única vez que Argentina tuvo a dos clubes en una final de esta competencia fue en 2018, cuando River le ganó a Boca en Madrid. Esa fue la primera edición en la que la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) modificó el reglamento que había impuesto en 2007 y que obligaba que equipos de una misma nación se tuvieran que enfrentar entre sí en semifinales. Aquella medida la habían tomado después de dos definiciones consecutivas entre brasileños: Inter le ganó a San Pablo en 2006 y el perdedor había vencido un año antes a Paranaense.

En 2019 inició el dominio brasileño en la Libertadores que, hasta el momento, parece difícil de revertir. En ese encuentro, River, entonces con Marcelo Gallardo en su primer ciclo como técnico, superaba a Flamengo hasta que Gabigol arruinó la fiesta sobre el final. Dos años antes Lanús no pudo contra Gremio. El año pasado Boca, que llegó a la final gracias a la descollante actuación de Chiquito Romero en las definiciones por penales de cada instancia, volvió a ilusionarse con la séptima, pero Fluminense se quedó con el trofeo.

Para ver una victoria de un elenco argentino ante uno de Brasil en una final de uno de los torneos internacionales de mayor relevancia hay que remontarse a la Sudamericana que Independiente le ganó a Flamengo en 2017 en el Maracaná. Aunque hay dos excepciones: River levantó la Recopa Sudamericana 2019 frente a Paranaense y Defensa y Justicia repitió en 2021 contra Palmeiras.

Las claves

¿Cuáles son las razones por las que a los equipos argentinos se les vuelve cada vez más complejo competir a nivel internacional? Sintetizarlo en una sola respuesta sería imprudente, pero hay cuatro aspectos que podrían ensayar una explicación.

  • 1. Brasil vende a sus jóvenes figuras, algunos con solo un puñado de partidos en Primera, en sumas que rondan los 50 millones de dólares, mientras que Boca y River apenas alcanzan la mitad de ese monto con las transferencias más destacadas.
  • 2. El país vecino exporta varios jugadores a equipos de Europa y los de Argentina, salvo excepciones, desembarcan en Estados Unidos, Arabia Saudita o incluso Brasil, como paso previo a llegar al Viejo Continente. Equi Fernández, otra figura de Boca en 2023, fue transferido a Al-Qadsiah.
  • 3. Al mismo tiempo, la economía de ambos países juega un papel importante. Algunas instituciones brasileñas se refuerzan con estrellas, como Thiago Almada (Botafogo), Thiago Silva (Fluminense), Kaio Jorge (Cruzeiro) y Martin Braithwaite (Gremio), que cuentan con una jerarquía que por recursos económicos solo el Xeneize o el Millonario podrían equiparar con incorporaciones similares.

Pero el dinero no es lo único que explica el poderío de Brasil en el fútbol sudamericano y la caída de Argentina porque si solo se resumiera a eso los clubes mexicanos que compitieron en la Libertadores hasta 2016 hubiesen logrado mejores resultados y solo tres alcanzaron la final, pero todos perdieron: Cruz Azul frente a Boca en 2001, Chivas contra Inter de Porto Alegre en 2010 y Tigres ante River en 2015.

  • 4. Los torneos locales también son un reflejo de lo que sucede en Sudamérica. La Liga Profesional con 28 equipos en la que casi ninguno logra tener regularidad y hay al menos diez clubes que merodean en la mitad de tabla y no compiten por descender ni les alcanza para meterse en una copa, se contrapone con el Brasileirao en el que los primeros 12 disputarán un torneo internacional el año siguiente, los últimos cuatro descenderán y solamente cuatro serán los que mantengan la categoría sin clasificarse a otro certamen.

Esta semana San Lorenzo, que recién ante Independiente pudo hacer debutar a sus refuerzos porque estaba inhibido, enfrentará a Atlético Mineiro en la Libertadores, mientras que Talleres y River protagonizarán otro de los cruces de octavos. En la Sudamericana habrá varios duelos entre argentinos y brasileños:

  • Rosario Central vs. Fortaleza
  • Boca vs. Cruzeiro
  • Belgrano vs. Paranaense

Será una buena oportunidad para medir fuerzas con el fútbol que últimamente se adueño del continente y también una chance de dejar de estar a la sombra de Brasil y demostrar que hay material para que al menos uno de los dos trofeos regrese al país.

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