Santa Fe

Crucero General Belgrano: la nobleza de un buque “que supo ser hogar”

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Este lunes se cumplieron 40 años de la mayor tragedia naval en la historia de la Armada argentina, un hecho que marcaría un antes y un después en la guerra de Malvinas: el hundimiento del crucero ARA General Belgrano, en el que perdieron la vida 323 tripulantes y 770 lograron sobrevivir no solo al ataque con dos torpedos, producido el 2 de mayo de 1982, sino también a la tormenta y las bajas temperaturas en altamar que los pondrían a prueba hasta su rescate.

El General Belgrano, un crucero de 13.500 toneladas de origen estadounidense botado en la 2° Guerra Mundial que salió indemne del ataque japonés a Pearl Harbour, no contaba con sonar para detectar la presencia de submarinos, por lo que no pudo identificar a tiempo la amenaza del submarino nuclear HMS Conqueror de la Marina británica, que lo acechaba a 400 millas y tras 30 horas de seguimiento.

Al recibir la orden de atacar, a las 16:02 del domingo 2 de mayo de 1982, el Conqueror disparó 3 torpedos Mark-8: el primero impactó en la sala de máquinas y el segundo destruyó la proa del General Belgrano, mientras que el tercero intentó dañar al destructor Bouchard pero, sin dar en el objetivo, explotó a 100 metros de ese buque algunos minutos después.

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En distintos lugares del país se realizaron homenajes para conmemorar el trágico hecho. Lo propio se hizo en la ciudad de Santa Fe. Desde allí, Jacinto Perezlindo, sobreviviente del hundimiento, contó que "el acto consistió en una ofrenda floral, rendimos honor a nuestros camaradas. Además se descubrió una placa".

"Se cumplen 40 años, y a pesar del tiempo uno mantiene los recuerdos intactos. Fueron momentos difíciles, segundo a segundo el buque se inundaba", agregó en diálogo con el móvil de Cadena OH.

Unos 793 tripulantes fueron rescatados de las heladas aguas del Atlántico Sur, 770 de ellos lograron sobrevivir.

El Piedrabuena, con 300 tripulantes a bordo, pudo salvar a alrededor de 270 sobrevivientes; el Gurruchaga rescató a 360 náufragos, más de cuatro veces su dotación; el Bouchard siguió rescatando náufragos pese a sufrir una avería en sus máquinas; mientras que el Bahía Paraíso pudo rescatar a los últimos 18 tripulantes con vida luego de 43 horas de intensa búsqueda.

El martes 5 de mayo, los buques arribaron a Ushuaia donde desembarcaron a los sobrevivientes para que recibieran pronta asistencia y hasta el 9 de mayo se continuó con las tareas de la búsqueda y recuperación, pero ya solo se encontraron balsas vacías o con tripulantes sin vida.

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