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Silvina Frana buscará acordar con constructoras

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Con la conclusión reciente del proceso de consolidación de deuda y la sanción de la Ley de Necesidad Pública, el Ministerio de Infraestructura se dispone a encauzar la relación con las contratistas y normalizar la obra pública en Santa Fe. Las dos medidas habían generado fuerte controversia: la primera, porque fue interpretada como una suerte de convocatoria de acreedores de la provincia; la segunda, porque a criterio de la oposición, representa una delegación extraordinaria de facultades al Poder Ejecutivo que -en el caso que se alude- podría redundar, por ejemplo, en la rescisión unilateral de contratos.

Hay una fuerte vocación para que de un modo cuidado, la obra pública se reestablezca

Pese a ello, la ministra del área, Silvina Frana, destacó que “la gran mayoría” de estas empresas se han registrado en el proceso de consolidación. A partir de ahora, el gobierno debe analizar los montos reclamados, proponer planes de pago y negociar la cancelación de esas deudas para restituir una cadena de pagos interrumpida -en algunos casos- desde hace un año. “Desde el gobierno también queremos que esos acuerdos se puedan hacer en el mediano plazo para poder seguir trabajando”, enfatizó la funcionaria.

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Pandemia mediante

Frana aclaró que en pleno proceso de consolidación de deudas, que además implicaba el cese de pagos de parte de la provincia, irrumpió la emergencia sanitaria. “Eso -dijo- hizo que algunas contratistas fueran convocadas para terminar obras que tenían que ver con la pandemia”. Citó la obra de adecuación de la Rural de Rosario como centro de aislamiento, el Hospital de Villa Guillermina, el de Niños Zona Norte de la ciudad de Rosario, el de Coronda, trabajos complementarios para el hospital modular de Granadero Baigorria y la readecuación del viejo Hospital Iturraspe de esta capital, donde se interactuó con el Ministerio de Desarrollo Social y cooperativas de trabajo. “Frente a esto, hubo situaciones diferentes que implicaron excepciones al proceso de consolidación y que permitieron hacer pagos a estas empresas que estaban trabajando en el marco de la pandemia”, describió.

– ¿Qué se analiza como instrumento de pago para las empresas?

– Se está analizando todo. Lamentablemente, todo esto se había encarado en otro momento. Ahora, con la pandemia y la situación económica en general, hay un conjunto de previsiones que se deberán modificar. Pero lo que hay que tener en cuenta es que el espíritu de acuerdo de parte del gobierno provincial existe. Hay una fuerte vocación para que de un modo cuidado, la obra pública se reestablezca. Estamos en un proceso de construcción porque estamos analizando cómo debe ser ese modo.

– ¿Cuál es el monto global de deuda provincial en materia de obra pública?

– El monto global de deuda histórica sin incluir EPE y ASSA, es de 3.800 millones de pesos. Y digo ‘histórica’ porque allí faltan calcular intereses y multas, que sí serán parte de los montos a negociar.

– Indefectiblemente, los acuerdos implicarán diferimientos de pagos. ¿Qué plazos manejan?

– Seguramente va a ser así; piensen que hay empresas a las que no se les paga desde mayo de 2019, y otras de junio o julio. Pero los plazos se resolverán en un esquema de acuerdos. Por eso reclamábamos la Ley de Necesidad Pública, que lamentablemente se dictó en un momento diferente, pero que también nos da una suerte de amparo para poder tener estos acuerdos y que respondan a los parámetros legales, sin ser una cuestión unilateral del Estado.

– ¿Tratarán de evitar llegar a la instancia extrema de la rescisión, que fue el aspecto más cuestionado en este sentido de la Ley?

– Seguramente, porque también tenemos que saber que hay obras que son imprescindibles; hay obras que tienen que ver con la calidad de vida de la gente.

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– ¿La premisa es acordar?

– La premisa es acordar. Si no, no se hubiera planteado todo este mecanismo. Básicamente, la idea es acordar. Cuando un gobernador asume semejante nivel de endeudamiento, no tiene que ver con una persona física, sino que es algo del Estado. Nosotros recibimos el Estado con ese nivel de endeudamiento y con un déficit importante y ahora, la pandemia. A pesar de todo eso, el espíritu es acordar.

Estamos trabajando sobre todas las obras y al momento de decidir, se analizarán aquellas que tengan más que ver con salubridad como aguas, cloacas

– La legalidad de la rescisión unilateral fue puesta en duda por la oposición y por especialistas del Derecho. ¿Qué responde a ello?

– La posibilidad de rescindir un contrato de obra pública es una potestad que el Estado tiene desde siempre…

– Pero en caso de incumplimiento, no porque no se llegue a un acuerdo en una renegociación de pagos…

– Puede haber varias situaciones… Pero si recordamos, la ruta Uno, que cuando asumió el gobierno socialista estaba en marcha, se rescindió; los acueductos se rescindieron… Tal vez allí hubo algún argumento más vinculado a cuestiones técnicas. Si uno ve esto en forma genérica, ese argumento tal vez sea para analizar. Pero hay distintas situaciones. Hay contratistas que son cumplidoras, otras que no, otras que si uno revisa la obra hay mucho reclamo de parte del Estado. Entonces, no me parece correcto generalizar. Lo correcto es decir ‘recibimos este nivel de deuda con cosas impagas desde el mes de mayo’. En términos generales queremos un acuerdo y en términos particulares, veremos. No será la rescisión por la rescisión misma, sino que verificaremos todos los aspectos. Cada caso será analizado. Este proceso de consolidación sirve para eso.

– ¿Qué ánimo perciben en las empresas?

– En términos generales, se percibe el ánimo de acordar. Lamentablemente, esta definición que pensábamos transitarla en otro momento, se da ahora en medio de una pandemia donde se privilegia la salud a la economía, con quiebre de muchos sectores. Entonces, hoy el espíritu de todos es diferente. De todos modos, este ministerio nunca cerró el esquema de diálogo con las contratistas. Algunos aspectos, incluso, ya se pudieron resolver, como las deudas de Fonavi, que se cubrieron con recursos que llegaron de Nación. Por eso digo; no es correcto hacer de esto un análisis en términos genéricos porque hubo situaciones diferentes en función de distintas variables: esquemas financieros, comportamiento de la contratista, avance de las obras… No creo que sea correcto hacer generalidades.

– ¿Cuál es el cuadro de situación de la obra pública hoy? ¿Qué sigue parado, que se reactiva, qué nunca se detuvo?

– Lo que se reactivó a ritmo muy acelerado es todo aquello que tiene que ver con la pandemia, a punto tal que terminamos un hospital (de campaña) en un mes (Granadero Baigorria), y en treinta días se concluyó otro al que le faltaban cuatro meses de trabajo. Ese ritmo de obras registra pocos antecedentes. El tema de planes habitacionales sigue adelante, sobre todo los que tienen financiamiento nacional. Después hubo algunas obras viales que sí, lamentablemente no pudieron continuar, porque el nivel de deuda era muy alto y los propios contratistas plantearon la imposibilidad de seguir trabajando.

– ¿Los acueductos?

– Siguieron. Porque el financiamiento internacional se pierde si la Provincia no cumple con la parte que le corresponde. Así que eso no se detuvo, no sólo porque es una obra esencial, sino porque se caerían los contratos.

-¿Dónde se pondrá el acento ahora?

– Estamos trabajando sobre todas las obras y al momento de decidir, se analizarán aquellas que tengan más que ver con salubridad como aguas, cloacas. Otro de los análisis que hacemos, y ya lo hablamos con la Uocra, es en función de la demanda de trabajo. Hoy tanto desde Nación como desde Provincia, se plantean obras quizá no tan grandes pero sí que garanticen capacidad de captación de mano de obra. Por ejemplo, esperamos que esta semana o la que viene empecemos a recibir los desembolsos de Argentina Hace, para municipios y comunas, con pequeñas obras de infraestructura que garanticen captación de mano de obra. Ya hay acuerdos firmados en ese sentido, y esperamos los primeros desembolsos. Entonces, si bien es cierto que tenemos que resolver en el mejor plazo posible este tema con las contratistas, durante todo este tiempo hubo muchas cosas que se hicieron para avanzar.

– ¿Hay obras de envergadura en carpeta de esta gestión?

– A principios de la gestión retomamos el trabajo con Chaco y Santiago del Estero por obras en los Bajos Submeridionales. Estamos muy atrasados en este tema; ésa es una zona con mucho potencial productivo. Así lo entendieron Santiago del Estero y Chaco, que ya hicieron muchas obras, y Santa Fe quedó relegada. Ahora, que hay sequía, es momento de proyectar esas obras. Ahí interviene también Nación para definir un esquema de obras; hay una intención fuerte de invertir por el potencial productivo de la región.

– Cuando la oposición sostiene que ahora con la Ley de Necesidad Pública el gobierno ya no tiene excusas y debe empezar a gestionar, ¿Qué responden?

– Ya habíamos arrancado antes de la Ley de Necesidad Pública. Y con la ley lo que vamos a hacer es resolver el problema que nos dejaron (los funcionarios del gobierno anterior), y que es el endeudamiento. A pesar de eso, la vocación es resolverlo. En breve vamos a estar planteando acuerdos sobre una situación que heredamos. Y me resisto a seguir hablando de la herencia. Ahora lo que hay que hacer es, terminado el proceso de consolidación, trabajar pese a las circunstancias para establecer las propuestas de pago y acordar.

Fuente: El Litoral

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